Supe de tu rastro en los ojos que mirabas
al pasado
hasta
mirarme como una pintura rota hecha en el siglo XV
una mujer
leyendo, la Virgen que espera
levanta
el dedo -seguiré leyendo-
vi que no
había una acepción de correcto, todo era culpable
porque el pasado arrastra la memoria del error
porque el pasado arrastra la memoria del error
me vi subida a una columna mientras mirabas las grietas
como un
macarrón se envolvía en sí misma, en la inconsistencia
me vi abrazada al vapor de agua,
me vi abrazada al vapor de agua,
a un
placer efímero pero no falso, no entero
pero que
quizá podría guardar, podríamos guardar
como una
forma de la naturaleza se guarda a sí misma
y se
repite en estructura
como los acontecimientos de escena global
como los acontecimientos de escena global
las oes de voces del abismo debajo de la columna
abrieron
el hueco preciso para hundirla
y
mientras bajaba hacia la nada
me decías
-pensé en ti-
aparecí
en tu recuerdo y apareceré
aunque la
torre esté enterrada y sobresalga solo mi frente
la punta
de la memoria
nadie olvida los grandes acontecimientos