11.11.18

Paseando vi tu rostro al agua
dentro del coche cruzando la niebla
Y quise acabar el poema con la frase lápida,
cita grandiosa, para leerla sin leértela y que
tú me dijeras que soy preciosa, que te quedas

Y pensaría: ay, el piropo
¿Hinchar aún más este ego gigante?
Ay, el piropo
Falso engaño para rendirse final al egoísmo,
la pasión


la creación es la metástasis del amor,
del auxilio, del deseo, del temor, del miedo

aún ciertos huecos
de reserva incandescente

No hace falta que el fuego sea naranja
el azul y el rosa son los nuevos colores cálidos
para un mundo tenue
como el aire de Japón en un cuadro de Reiji Hiramatsu

la inconsciencia es el instinto y
hay zonas más placenteras
para abordar en la fluidez sensible
descontrolada


- pero hay realmente espacio para la paz?

14.6.18



si acabo esto en un (.)

y al punto le digo final
si lo acabo como en el ultimátum de la novela
si no miro más
si no pienso más

como los hechos que son relatados parecen fijos
pero en mi tiempo ni siquiera hechos

abrevio a mi adolescencia -no sé-
no crezco
no tengo un por qué debajo del pie para levantarlo, impulsarme, pisarlo, moverlo

encontrar es el verbo del futuro
y digan lo que digan, fantasear es el del pasado

Fauno



Fauno, demonio o no del bosque 
mirando el agua con las pezuñas sobre las rocas diminutas  
moviendo esas piezas como humanas  
partes el aire y te deslizas con la barriga casi rozando el agua 
quiero mirar por si me indicas 
yo sé que he nacido planta y que alguien debe darme mi lugar 




13.6.18

No hay encuentro en la Nueva Edad Media


no te encuentro, ¿dónde estás?
dejé que tu mano blanca con uñas rojas, tu mano rosa con uñas rojas
se desprendiese de mi mano oscura, casi cortada por las líneas
te solté como en una película, el croma de miles de tallos podridos de rosas detrás
el movimiento de nuestras dos manos, la mía siguiendo a la tuya, la tuya hacia atrás pero hacia delante, la mía hacia delante pero hacia atrás
dejé que fueras
dejé que delante de los tallos pasara el movimiento como una nebulosa violeta espesa
con violencia colándose en mi garganta, en mis ojos
tomé aire, los párpados caídos, la boca abierta, los dientes llenos de saliva
dejé que fueras
al otro lado podía haber un abismo incontable o un jardín de mesas de plata
podría haber otra mano podría haber futuro soledad
ya te dejé
me quedé quieta
desapareciste del croma
entre los tallos de espinas podridos de miles de rosas
como una heroína encapuchada con la tela de una monja
solo veía la capucha
como en el sueño
solo tu capucha roja
y campesinos calvos a voces con sus horquillos con puntas de fuego

ira ira ira ira ira ira ira ira ira ira ira ira  ira ira ira ira ira ira