El agua estaba llena de mis primas
siete primas de rubio mojado
cogimos la escalera de cuerda
gracias a una ola de comer
subimos al palacio de roca
metíamos los pies en las cuevas para llegar
pisé a Magritte
Abuelo rascó su barriga contra percebes con alas
pero iba el primero.
Algunas jugaron a tirarse desde la esfera de acantilado
en niveles más bajos
pero Carmela y yo subimos al final, nos alzamos en el tejado
y dejamos que una nube nos empujara a la caída
caímos individuales como un misil de hoja
nos paramos encima de la plancha de mar
reímos y nos ahogamos por abrir la boca.
A Pedro.